Hace unos años, más concretamente el año 2008, por trabajo me tuve que quedar en Granada durante la Semana Santa, el Lunes, Martes y Miércoles Santo. Durante estos días conocí en la calle a las hermandades del Lunes y Martes Santo. Pero en este articulo les voy a contar mi experiencia del hasta ahora mi único Martes Santo en la ciudad de la Alhambra.
Después de una mañana de trabajo en mis prácticas en la Universidad de Granada, me preparaba para vivir por segundo día consecutivo, las estaciones de penitencia de algunas hermandades granadinas, más concretamente las del Martes Santo. Creo recordar que salí a las 7 ó 7 y media de la tarde para empezar a verlas en la calle. Antes ya, por la televisión, pude ver la salida de la Esperanza y el Gran Poder, y pude también comprobar como estaba Plaza Nueva y la Plaza de Santa Ana, llena de gente viendo la salida de esta hermandad. También hice un poco de zapping y la pude ver desde La 1 con España Directo y desde las distintas televisiones locales de Granada (ese año Andalucía Directo no retransmitió ninguna Semana Santa por huelga de sus trabajadores).
Después de salir, me dirigí hacía Gran Vía, que estaba cortada justo hasta la mitad para el tráfico rodado, y comprobé el gran número de personas que paseaban y se dirigían a ver algunas de las hermandades. Llegué a la altura del monumento de Isabel la Católica y ví por donde iba los pasos de la Hermandad. Comprobé que el paso de la Virgen estaba cerca de entrar por la Plaza de San Juan de la Cruz y la calle Colchas. Entonces me dirigí hacia las calles paralelas a San Matías donde pude ver que iba bastante gente por estas calles.
Por fin conseguí llegar hasta la cabeza del cortejo, después de caminar y pasar por varias calles estrechas. Llegué a San Matías. Me encontré cerca del cruce con Navas. Además, de la Plaza Mariana Pineda llegaba la Hermandad de la Lanzada con sus dos pasos, el misterio del Cristo de la Lanzada y Nuestra Señora de la Caridad con palio negro.
Seguidamente, comenzó a andar el cortejo de la Cofradía del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza. Algo que me molestó y molestó a bastante gente que está presenciando el discurrir de esta hermandad, era que mucha gente pasada por en medio de las filas de nazarenos y no respectaba nada el cortejo de la hermandad. Para mí, estas cosas son una falta de respecto. Fue tanta la indignación que al final la gente que veía el discurrir de esta hermandad, no dejó pasar más a la gente, y se tuvieron que esperar hasta que pasará la Hermandad de la Esperanza.
Llegó el paso de Jesús del Gran Poder con los sones de su banda detrás, y con la sorpresa de un amigo mío de Almuñécar, que tocaba en esos momentos en esa banda.
Detrás, la Reina del Martes Santo, la Reina de la Esperanza con ese extraordinario palio realizado en los talleres de Villarreal en Sevilla.
Antes, saludó a la Hermandad de las Penas que la esperaba, como a todas las hermandades que pasan por delante de su sede canónica; situando el paso de su dolorosa mirando hacía las puertas del templo de San Matías. Ya cuando pasó por al lado mío (estaba situado en primera fila), toqué los respiraderos del paso y me persigné.
Otro día, seguiré contando como viví aquel Martes Santo.
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