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El siguiente artículo fue el primero que escribí en mi columna de opinión "Cruz de Carey" del blog "Gente de Paz", y quise hablar del papel de la mujer en la Semana Santa y en el mundo cofrade. Fue escrito el 22 de Enero de 2015, y fue el comienzo en el cual me adentré en la faceta de escribir un artículo sobre un tema de índole cofrade cada semana, algo que debería volver hacer, ya que desde un tiempo que no escrito este tipo de artículos, ni aquí ni en Gente de paz.
Os dejo el siguiente artículo, que espero que os guste.
El papel de la mujer dentro del mundo cofrade y de las hermandades ha ido evolucionando a lo largo de la historia y ha crecido en las últimas décadas. Hemos visto como de ser simples hermanas, en varios lugares, que no podían ponerse el hábito y el capillo para realizar estación de penitencia, han pasado en otros a cargar los pasos, ponerse hábito y capillo, incluso ser Hermanas Mayores de algunas corporaciones de pasión. Su evolución podríamos decir que ha ido en consonancia con su evolución en la sociedad, pero esto no ha ocurrido en todos lugares por igual.
Mientras, una ciudad como Granada, donde hoy en día, vemos a mujeres debajo de pasos, como el de misterio del Cristo del Trabajo, u ocupar la gran mayoría de cargos de una Junta de Gobierno como ocurre en la Hermandad de la Estrella; en otras ciudades como Sevilla, ha tenido que ser un decreto publicado por el propio Arzobispado, quién regulará su inclusión en los cortejos procesionales, en las pocas hermandades que todavía se resistían a dar el paso, y dejar que sus hermanas pudieran vestir el hábito nazareno.
Poco a poco, las mujeres han cogido un sitio en la Semana Santa, ya sea asumiendo la máxima responsabilidad, pregonando o realizando diversos cometidos que en los cuales era normal ver a hombres en su realización. Han jugado y juegan un papel importante, y por lo tanto, se merecen ese sitio dentro de todo este mundillo.
Les voy a contar algunas de mis experiencias sobre este tema. En mi localidad natal, Almuñécar, hace más de 25 años, una mujer se convirtió en Hermana Mayor de una hermandad. Realizó durante muchos años, un gran labor, y supo sacar con su junta de gobierno, por entonces, joven corporación penitencial. Después de ella, algunas más lo han sido. Y si nos paramos en cargos en juntas de gobiernos, he tenido el ejemplo en mi familia, donde una familiar mía ha estado bastantes años ocupando cargos en su hermandad. También en mi caso, he compartido y comparto responsabilidades en las hermandades a la que pertenezco con mujeres, y las he tratado por igual como hermanos del otro sexo.
Sin embargo, todavía hay cofrades en los cuales no ha calado esto y salen algunas noticias, donde la mujer es discriminada en este mundo. Por ejemplo, la noticia de que una mujer costalera ha sido expulsada del paso de una cuadrilla mixta por exigencias de un nuevo cuerpo de capataces. En pleno siglo XXI que ocurra esto, me indigna porque pienso que son suficientemente capaces de llevar a cabo todo lo que se propongan; además que su entrada han enriquecido a las hermandades, y ha hecho que crezcan cada vez más.
Pero aún queda mucho camino por recorrer, ya que son pocas las mujeres que tiene un cargo en una Junta de Gobierno de una corporación de pasión o de gloria, o las que son cabeza visible de ellas, como Hermanas Mayores.
En el mundo costalero, también son pocos los pasos cargados por mujeres. Recuerdo, como hace unos años, leí comentarios en los cuales decían que la mujer nunca podría ponerse un costal y portar un paso de costaleros (en esos años, había pasos cargados por mujeres a estilo llamado y conocido en Granada de "trabajadera", es decir, con doble trabajadera vertical que era cargado con sus hombros), pero esto ya ocurre en la actualidad. Puedo decir que he visto cómo trabajan, y lo hacen bastante bien, igual que los hombres. También he visto cómo hay y ha habido mujeres al frente del martillo de pasos o como auxiliares, y lo han realizado magníficamente.
En definitiva, saco la conclusión de que no nos debe parecer extraño que haya mujeres Hermanas Mayores, costaleras, pregoneras, y un largo etcétera, ya que la Semana Santa está evolucionando en algunos aspectos como nuestra sociedad.
Juan Evaristo Callejas Jerónimo
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