Cada 14 de Agosto, víspera de la Festividad de la Asunción de Nuestra Señora, el pueblo de Almuñécar se acerca a la Iglesia de la Encarnación -su iglesia de toda la vida- para dejar a los pies de su altar, nardos blancos u otras flores, que adornaran en el día de mañana, el trono procesional de la Santísima Madre y Protectora de la localidad, Nuestra Señora de la Antigua Coronada.
El olor a nardos y flores frescas inundará, de nuevo, el Templo de la Encarnación, que estará, un año más, lleno para presenciar el último día de la Solemne Novena y la Ofrenda Floral a la Santísima Virgen, 24 horas antes de que mañana, cruce el dintel de dicho templo, y recorrerá las calles de su tierra y el mar que la baña.
Mañana, volveremos a ver como la luz del atardecer del día, el cual divide el mes de Agosto, ilumina las caras de la Patrona de los almuñequeros y del Divino Infante, justo después de salir de la que es su "casa" durante todo el año.
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