Siempre el 14 de Agosto es especial en Almuñécar, es la víspera de la salida de su Patrona, Madre y Protectora. Pero este año es un poco especial, y lo digo porque se cumplen, exactamente en la noche de hoy, 450 años de un suceso de armas que la llevó a ser nombrada Patrona de esta ciudad en agradecimiento por su intercesión en la defensa de la ciudad de un ataque de los moriscos en la citada noche. Este hecho ocurrió en la noche del 14 de Agosto de 1569, como dejó escrito un Teniente de Corregidor de Almuñécar, en 1658 (casi un siglo después).
En esta víspera, como es tradición de ya muchos años, se volverá a ofrecer flores (preferiblemente nardos blancos), a la Santísima Virgen de la Antigua, flores que adornaran su trono procesional, con el cual recorrerá las calles de la ciudad de la cual es Madre y Protectora. En este día 14, la Iglesia de la Encarnación se queda pequeña, ya que todo aquellos devotos de la Santísima Virgen quieren rendirle pleitesía. Una por una, hermandades, asociaciones, autoridades civiles y militares, y un largo etcétera; así como todos aquellos que lo desean, se acercan a su altar a entregar flores que obsequian con todo el cariño y fervor, que le tiene a la "Reina Chiquita" de la Costa Tropical.
Este fervor o devoción que viene de siglos, se hace más grande cuando llega el mes de Agosto y las fechas próximas a su Gloriosa Procesión por las calles de la antigua Sexi y las aguas que la bañan. Todos aquellos que durante el año se acercan a verla al templo, a su capilla, en la madrugada del 14 al 15 de Agosto, tienen la oportunidad de presenciarla de más cerca y besarle el vestido de plata, con el cual está revestida la imagen de la Virgen.
Sin embargo, todos aquellos que no se pueden acercar a la Reina y Madre de Almuñécar hoy, por cualquier problema que tenga o vicisitud, será Ella la que se acerque a ellos mañana, al ser procesionada por las calles de la ciudad, de la cual fue nombrada Santa Patrona hace 450 años exactamente.
Las miradas, los sentimientos, la devoción a la Reina de la Antigua Coronada, a su paso por cada calle, esquina o plaza de esta ciudad, en la noche de mañana, se mostraran como cada año, por todos aquellos que la sienten como su Madre y Protectora. Momentos como la salida, el embarque o desembarque de su barco, o cualquier instante de su discurrir, se volverán a vivir como cada 15 de Agosto. Cuando entré su trono en la Iglesia de la Encarnación, ya en la madrugada del 16, se habrá terminado de escribir un hoja más de su historia entre Ella como Patrona y su pueblo, una historia que se lleva escribiendo desde hace cuatro siglos y medio.
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