Ya ha llegado una nueva Cuaresma, ha llegado sin avisar, sin llamar. Está presente ya en nuestra rutina diaria y vida de nosotros los cofrades, y también de los católicos que no son cofrades. Son 40 días en los que el cofrade debe disfrutar y lo hará con todos los actos que se celebrarán. Ensayos, pregones, presentaciones de carteles, conciertos de marchas procesionales, vía crucis, y un largo etcétera de actos, se celebrarán durante todos estos días y que son preparatorios para lo que se avecina.
Decía anteriormente que estos días hay que disfrutarlos como lo hacemos también en la Semana Santa. El cofrade debe disfrutar de cada instante, de cada momento y de cada imagen que se nos quedará para el recuerdo. También quedarán grabados en nuestras cámaras de fotos, ya sean de móviles o normales, de aquellos instantes maravillosos y únicos que se darán en estos días. Serán momentos en los cuales se vuelven a rencontrarse con amistades y conocidos de la hermandad o cofradía a la que perteneces, o de otras hermandades, y que no has tenido la oportunidad de verlos durante el año, o si los has visto, no has tenido un momento para charlar.
Charlas o pequeñas tertulias sobre cualquier noticia o evento que se ha celebrado o se va a celebrar, por cómo está ataviada algunos de nuestros sagrados titulares para esta época, por cómo ha ido un ensayo si son horquilleros o costaleros, o por nueva marcha de alguna banda que se ha estrenado o se va a estrenar, y un largo etcétera.
Pero este tiempo también nos anuncia de lo que se avecina al final del camino, una nueva Semana de Pasión en los cuales cada hermandad se echará a la calle con sus hermanos de luz o portadores, para realizar estación de penitencia, penitencia como aquella que hizo Cristo en su Camino al Calvario o el Gólgota, y nuestra localidad se convertirá en una nueva Jerusalén, que lo será de Domingo a Domingo. Nos anuncia la Cuaresma de la cercanía de esa nueva Semana y de nueva Primavera, no sólo con la celebración de todos esos actos, sino además porque vemos como los naranjos están en flor y su olor inundan las calles y plazas donde se encuentran, por ejemplo.
Asimismo, en estos días se comienzan a limpiar enseres o a retirar hábitos y túnicas, como a cobrar cuotas o papeletas de sitio, dar cirios y comprar cualquier elemento que nos falta en la vestimenta que luciremos y llevaremos en la estación de penitencia de nuestra corporación de pasión. Empezaremos a ver a pasos (aunque ya algunos llevan ensayando desde antes) o tronos con sus horquiller@s o costaler@s, ensayando para que todo salgan muy bien, dentro de 40 días o menos, según pasan los días.
Por eso, os digo a todos los cofrades que disfruten de estos días y aquellos que quieren que llegue ya el sueño cofrade del Domingo de Ramos, que no sean impacientes, y que disfruten de cada momento de estos días, ya que lo que esperan con ansía se pasara rápidamente, sin darnos cuenta, y no habrán disfrutado tanto cómo hubieran querido. Para mí es mejor disfrutar de estos 40 días y los ocho días de la Semana de Pasión.